jueves, 31 de diciembre de 2009

¡Al fin!

Ayer comenzaron mis vacaciones    (:
Mañana a la madrugada después de brindar marcho de viaje.



Y
Te voy a extrañar
(mucho)

lunes, 28 de diciembre de 2009

Y

Si usted, alguna vez encuentra a un gnomo de jardín, libérelo.
Nada más que eso.

domingo, 13 de diciembre de 2009

Simplemente tengo ganas de decir que

hoy, cambié mi forma de escibir el número cuatro.*


*Vale aclarar que el número cuatro es mi favorito y que me gusta mucho cambiar la forma de escribir letras o números cada tanto.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Monstruos verdes

Durante mi infancia ideé una teoría. No recuerdo en qué época precisa fue, pero supongo que a los seis más o menos. Estaba completamente segura que cuando me iba a bañar, todas las personas de mi familia y del resto del mundo se convertían en monstruos verdes y gelatinosos que no tenían piernas y se arrastraban por el piso dejando un camino de baba.
Pensaba que yo era el único ser humano auténtico del planeta tierra, que todos los demás se disfrazaban durante todo el día, excepto cuando me iba a bañar (ahí tomaban su aspecto original de asquerosas bestias pegajosas).
A tal punto llegué a creer mi teoría, que ideaba planes para poder engañarlos y verlos en su forma original. Abría la puerta del baño de repente para que no tengan tiempo de tomar la falsa forma humana, espiaba por el agujerito, o llamaba a mi mamá a mitad del baño con alguna excusa.
Jamás pude comprobar mi teoría.
(sin embargo parte de mí todavía la cree)

martes, 24 de noviembre de 2009

Mis problemas con el tiempo


Uno en la infancia no se preocupa por el tiempo, si son las cuatro de la tarde o las cuatro y dieciocho. Después a medida que vas creciendo aprendés a leer la hora en los relojes agujas y después te regalan uno a los ocho o nueve años. Cómo dice Cortázar en "Historia de Cronopios y famas", "(...) No te regalan un reloj, tu eres el regalado, a tí te ofrecen para el cumpleaños del reloj. (...)". Y entonces ahí uno comienza a relacionarse diariamente con el tiempo.
No recuerdo bien cuando me regalaron mi primer reloj, pero sí cual fue el primero que comencé a usar. Fue a los diez años aproximadamente y era uno digital porque nunca supe leer rápido los relojes aguja, ni siquiera ahora. En fin, a los dos años se me rompió y desde ahí hasta los dieciseis aprendí a convivir con el tiempo sin saber las horas. Al principio recuerdo que fue dificil, me miraba la muñeca y no había rastros de numeritos. Pero uno se acostumbra a todo y yo me acostumbré a mi reloj mental.
El problema con los relojes mentales es obvio, son bastante inexactos. La mente engaña y siempre quiere pensar que es más temprano de lo que es.

Aquí es cuando creo que comenzó mi gran problema con el tiempo, que hasta ahora subsiste y creo que nunca podré solucionar. Esa costumbre de hacerle caso a mi mente y no al tiempo mismo quedó intacta y a pesar de que ahora pueda ver la hora exacta, la ignoro.
Ya es costumbre llegar tarde, aunque quiera no puedo llegar a horario. Es mi naturaleza.
Quizás todo esto sea una mera excusa para no admitir que llego tarde porque no me molesta o porque me gusta, no lo sé, no creo.
Al fin y al cabo, ¿Qué es el tiempo?

lunes, 16 de noviembre de 2009

Tragar

Pensaba que estaba pensando que pensaba mucho, y pensaba y pensaba y mis pensamientos se acoplaban con otros pensamientos, se intersectaban unos con otros, se encimaban impidiendo que pueda pensar en cada unos de ellos, valga la redundancia. No se dejaban entender, no se dejaban procesar. Ni siquiera podía escupirlos, tenía que tragármelos, de a varios por vez. Engullirlos sin poder saborearlos ni siquiera un poquito.
Después me distraje y tales pensamientos quedaron olvidados completamente. Así como las cosas pequeñas quedan olvidadas en el fondo de un baúl, entre las cosas grandes que las esconden; hasta que un día alguien mete la mano y FLUM un pequeño tesoro que vuelve a nacer.
Quizás eso pase algún día con mis pensamientos, quizás no. Por ahora mucho no me interesa.

miércoles, 21 de octubre de 2009

Como -tu boca-

Me encanta tu forma de caminar, tu forma de atar los cordones, tu forma de hablar y pronunciar, tu forma de mirar, tu forma de comer, de besar, de acariciar(me).
Me encanta como te desperezás, me encanta como disfrutás, como te peinás y vestís, como pensás, como gritás, estornudás, como sonreís.
Y me encanta escribirte.

domingo, 4 de octubre de 2009

Té -de tilo-

Te recuerdo, te pienso,
te busco, te deseo,
te encuentro, te observo,
te beso, te saboreo,
te degusto, te disfruto,
te toco, te siento,
te desarmo y te armo (varias veces),
te huelo...
te pienso, te recuerdo.

lunes, 14 de septiembre de 2009

Varieté

Me pregunto si alguna vez me convertiré en una de esas ancianas que se pasan escrupulosamente cada tarde atrás de la ventana que da a la calle, en sus jardines delanteros o directamente sobre la vereda de su casa, observando cada exacto movimiento que se produce en el barrio.
Me pregunto lo que esas señoras - y también señores -, piensan en el momento que te ven pasar, cargando una bolsa del supermercado, corriendo el colectivo, o bien volviendo a casa después de un largo día.
Me pregunto si es la muerte - a la que sienten tan cercana - la que los incita a fabricar historias de vidas, porque las suyas ya están por terminar, porque ya tuvieron un desenlace, o quién sabe por qué; entonces nosotros nos convertimos en los héroes de sus historias cotidianas.

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Hacía casi un año que no me cruzaba al "Loco Omar" (un señor chiflado que solía deambular por los alrededores de mi antigüa escuela, gritando "sálvese quien pueda"). Este fin de semana lo ví dos veces.
El domingo pasé con el colectivo por el parque Scarabrini Otríz. Había una barrileteada, nunca habías visto tan ENORME cantidad de barriletes juntos. Absolutamente todas las personas en el colectivo se dieron vuelta para observar como los barriletes pintaban el cielo con hermosos colores, todos menos "El loco Omar" que seguía rascandosé su desprolija y sucia barba.

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No me extraña que se me haya pasado la fecha del aniversario de mi blog, apesto para recordar fechas. Curiosamente se me pasó cuatro días (el cuatro es mi número favorito). Felicidades a mi blog entonces.

martes, 8 de septiembre de 2009

-________


Enero, cuarenta grados de calor. La ruta.
El auto, por supuesto carecía de aire acondicionado, por lo que las ventanillas estaban abiertas. El olor a transpiración era ampliamente superado por el olor a bosta y la música casi ni se oía por el ruido que provocan las ventanillas abiertas, yendo en un auto a cien kilómetros por hora.
Mauricio el conductor iba en cueros, y la señorita Mariana de apenas siete años sentada en el asiento trasero del automotor le preguntaba a su madre:
- Mamá, ¿Me puedo sacar la remera?
- No
- Si papá se la sacó
- Pero vos no podés Mariana (ya con un tono no muy amable)
- ¿Por qué?
- Porque las mujeres no se pueden sacar la remera
Y Mariana se quedó pensando el resto del viaje, el por qué de esa estúpida regla, mientras miraba con gran envidia a su padre.

(Cuando era chica siempre me lo preguntaba)

sábado, 22 de agosto de 2009

Sueño

Y ella recordaba aquel día detalle por detalle.
El día que perdió algo, pero ganó todo.
El olor a sahumerio le había quedado impregnado en sus ropas y esas caricias habían quedado marcadas en su piel. El día en el que el amor los hizo, con la luna llena como único testigo.

sábado, 4 de julio de 2009

viernes, 26 de junio de 2009

Pequeño relato

Finalmente lo había logrado, un poco de esa pequeña infusión y ¡Voilá!
Pensar que había estado más de la mitad de su vida trabajando arduamente para conseguirla. Su vida estaba concentrada en esas tres miserables gotas, 38 largos años encerrados en un frasco.
La felicidad alcanzada hacía unos pocos minutos fue reemplazada, pisoteada, arrebatada por todos esos pensamientos que, sin duda, llegaron tarde.

domingo, 7 de junio de 2009

Afirmación

Definitivamente la única forma posible de transformar un domingo para que deje de ser domingo, es tu presencia.

sábado, 30 de mayo de 2009

Silbando bajito

Y, pasó lo que tenía que pasar. Un día como cualquier otro el Señor más feliz del mundo se hartó de ser catalogado como tal.
Simplemente me cansé - dijo, dio media vuelta y comenzó a caminar tranquilamente hacia la tienda en donde se le había sido asignado tal nombre. Lo cambió por "El que alguna vez fue el Señor más feliz del mundo".
Ya más aliviado, el que alguna vez fue el Señor más feliz del mundo se retiró de la tienda silbando bajito.

lunes, 18 de mayo de 2009

Pequeñas muertes












Los sueños son pequeñas muertes
tramoyas anticipos simulacros de muerte
al despertar en cambio nos parece
una resurección y por las dudas
olvidamos cuanto antes lo soñado
a pesar de sus fuegos sus cavernas
sus orgasmos sus glorias sus espantos
los sueños son pequeñas muertes
por eso cuando llega el despertar
y de inmediato el sueño se hace olvido
tal vez quiera decir que lo que ansiamos
es olvidar la muerte
apenas eso.

MARIO BENEDETTI

( Este fue el primer poema que leí de él, adiós a un gran escritor )

lunes, 20 de abril de 2009

Halo de luz


Al pasar una hoja de un libro, una delgada línea roja aparece en la yema de mi dedo,
al apoyar la cabeza en mi almohada, me hundo en sueños,
al escuchar esa canción, una lágrima de nostalgia cae por mi mejilla,
al mirarte a los ojos, vuelo muy alto,
al pensar en el futuro, me asusto,
al pisar la calle en otoño, cruje una hoja ( o quizás dos ).

domingo, 12 de abril de 2009

Lado oscuro

Sin darse cuenta, el Señor más felíz del mundo se encontraba sentado en el viejo sillón de su sala de estar ( aquel heredado de su abuela hacía varios años ) acompañado por su novela a medio escribir, aquel último domingo del mes de junio, minutos antes de que los últimos rayos de sol se escondieran. En su mano izquierda sostenía una copa del mejor vino de su pequeña bodega de colección, mientras sus oídos se embriagaban con las últimas notas del disco 'The wall'.
En su mano derecha, sostenía fiermemente un objeto algo empolvado, decidido ya a jugar a la ruleta rusa.

miércoles, 1 de abril de 2009

Cambiar los cristales


Cada uno observa pasar la vida con distintos anteojos.
Creo que es necesario y mucho más divertido cambiarle los cristales cada tanto.

domingo, 29 de marzo de 2009

La inmiscusión terrupta

Como no le melga nada que la contradigan, la señora Fifa se acerca a la Tota y ahí nomás le flamenca la cara de un rotundo mofo. Pero la Tota no es inane y de vuelta le arremulga tal acario en pleno tripolio que se lo ladea hasta el copo.

-¡Asquerosa! –brama la señora Fifa, tratando de sonsonarse el ayelmado tripolio que ademenos es de satén rosa. Revoleando una mazoca más bien prolapsa, contracarga a la crimea y consigue marivolarle un suño a la Tota que se desporrona en diagonía y por un momento horadra el raire con sus abroncojantes bocinomias. Por segunda vez se le arrumba un mofo sin merma a flamencarle las mecochas, pero nadie le ha desmunido el encuadre a la Tota sin tener que alanchufarse su contragofia, y así pasa que la señora Fifa contrae una plica de miercolamas a media resma y cuatro peticuras de ésas que no te dan tiempo al vocifugio, y en eso están arremulgándose de ida y de vuelta cuando se ve precivenir al doctor Feta que se inmoluye inclótumo entre las gladiofantas.

-¡Payahás, payahás! –crona el elegantiorum, sujetirando de las desmecrenzas empebufantes. No ha terminado de halar cuando ya le están manocrujiendo el fano, las colotas, el rijo enjuto y las nalcunias, mofo que arriba y suño al medio y dos miercolanas que para qué.

-¿Te das cuenta? –sinterruge la señora Fifa.

-¡El muy cornaputo! –vociflama la Tota.

Y ahí nomás se recompalmean y fraternulian como si no se hubieran estado polichantando más de cuatro cafotos en plena tetamancia; son así las tofifas y las fitotas, mejor es no terruptarlas porque te desmunen el persiglotio y se quedan tan plopas.

JULIO CORTÁZAR, Último round

viernes, 20 de marzo de 2009

Dimensional

Y en ese preciso instante, ya no existía nadie más en el mundo. Fue ahí, exactamente en ese preciso instante cuando él se presentó. Llegó, y sin saludar invadió cada centímetro de mi cuerpo alojandose cómodamente cerca del estómago. Fue ahí, en ese preciso instante, cuando conocí a ese sentimiento nuevo, desconocido, que no tiene nombre y que me resultaría imposible describirlo. Sólo sé que fue hermoso y dimensional.

domingo, 15 de marzo de 2009

Gerald

Él es Gerald, mi compañero de sueños. Difícil encontrar un duende como él...


=D

miércoles, 11 de marzo de 2009

lunes, 2 de marzo de 2009

(...)

Mientras estaba tomando mi chocolatada, inesperadamente una idea apareció. Muy despacito se sentó sobre mi regazo, era tan pequeña que sus pies no llegaban a medir ni 15 centímetros.
Estuve largo rato observando sus movimientos. Lo único que hacía era balancear sus piernas de un lado a otro mientras una sonrisa burlona se dibujaba en su rostro cada tanto...
Hasta que en un momento inesperado, se tocó su nariz con el dedo meñique y ¡SUP!, había desaparecido para convertirse en un trozo de papel, y luego para convertirse en un archivo dentro de una computadora, y luego para convertirse en un montón de letritas perdidas en la Net dentro de un blog cualquiera y hasta ahí llegó su transformación.
Quien sabe que le deparará el destino a la pequeña idea...

domingo, 22 de febrero de 2009

El Grafógrafo - Salvador Elizondo

Escribo. Escribo que escribo. Mentalmente me veo escribir que escribo y también puedo verme ver que escribo. Me recuerdo escribiendo ya y también viéndome que escribía. Y me veo recordando que me veo escribir y me recuerdo viéndome recordar que escribía y escribo viéndome escribir que recuerdo haberme visto escribir que me veía escribir que recordaba haberme visto escribir que escribía y que escribía que escribo que escribía. También puedo imaginarme escribiendo que ya había escrito que me imaginaría escribiendo que había escrito que me imaginaba escribiendo que me veo escribir que escribo.

SALVADOR ELIZONDO, El Grafógrafo

lunes, 16 de febrero de 2009

Desconexión

Camino.
Pensamientos que fluyen, nadan, corren, se disgregan,
un paso, otro paso
se entrecruzan, se enlazan, pensamientos crudos y cocidos.
Camino,
pensamientos multicolores y pensamientos color sepia,
siento cada movimiento,
se inmovilizan, corren, chillan, disimulan.
Camino, monótono;
pensamientos que sueben escaleras y pensamientos que bajan escaleras.
Camin...
Desconexión.
Desconexión.
Desconexión.
.
.
.
Desconexión.
Desconex...
Camino y sigo caminando.

martes, 10 de febrero de 2009

Brillantes sobre la calle gris...

Y unos segundos después de que las primeras hayan caído, ellos se aparecen como por arte de magia. Salen de grandes bolsos, de minúsculas carteras de dama, de mochilas escolares, o simplemente se aparecen de quien sabe donde.
Después de salir, ( ésta es una de mis partes favoritas ), se abren cual si fueran una de esas flores que al ver el sol expanden sus pétalos... y ¡CLUP! decenas de ellos adornan la calle gris.
Es un verdadero espectáculo observarlos desde arriba y verlos caminar solos, verlos e imaginarse que están flotando.
Hay de esos tan inmensos que parecen intimidar cuando uno les pasa a su lado, pero también hay de esos que son pequeños y raídos. Los hay, además, floreados, a lunares, rayados y lisos.
Entonces, cuando ellas terminan de caer, ellos se cierran, todos casi al mismo tiempo, los colores desaparecen, y todo vuelve a ser como antes.

viernes, 6 de febrero de 2009

Arco iris - Mario Benedetti

A veces
por supuesto
usted sonríe
y no importa lo linda
o lo fea
lo vieja
o lo joven
lo mucho
o lo poco
que usted realmente
sea

sonríe
cual si fuese
una revelación
y su sonrisa anula
todas las anteriores
caducan al instante
sus rostros como máscaras
sus ojos duros
frágiles
como espejos en óvalo
su boca de morder
su mentón de capricho
sus pómulos fragantes
sus párpados
su miedo

sonríe
y usted nace
asume el mundo
mira
sin mirar
indefensa
desnuda
transparente

y a lo mejor
si la sonrisa viene
de muy
de muy adentro
usted puede llorar
sencillamente
sin desgarrarse
sin deseperarse
sin convocar la muerte
ni sentirse vacía

llorar
sólo llorar

entonces su sonrisa
si todavia existe
se vuelve un arco iris.
Mario Benedetti

martes, 3 de febrero de 2009

En las películas a veces me pregunto...

¿Por qué cuando llaman por teléfono atiende la persona a la que llaman y no cualquier otro integrante de la casa?
¿Por qué los extras siempre mueren con un solo tiro?
¿Por qué siempre el que muere primero es un latino/negro/chino?
¿Por qué nunca se traban al hablar?
¿Por qué cuando se están muriendo en vez de decir rápido su máximo secreto lo dejan para el final y mueren antes de decirlo?
¿Por qué cuando tienen una pesadilla siempre se levantan sobresaltados sentándose en la cama?

En fin, cosas de la vida, digo... de las películas.

sábado, 31 de enero de 2009

viernes, 23 de enero de 2009

¿Cuál elige?


- Buenos días
- Buenos días, ¡me alegra que al fin haya venido! Estaba esperando su llegada.
- Es que, descubrí un poco tarde que podía hacerlo, he perdido mucho tiempo...
- Bueno, no se haga problema, usted vino, hay personas que nunca lo descubren, y mueren sin saberlo
- ¿Si?
- Exacto, no todos son como usted. En fin, vamos a lo nuestro. ¿Cuál elige?
- ¿Qué opciones tengo?
- A ver, déjeme consultar, a veces suelo olvidar algunas, y se me quejan. Igualmente déjeme decirle, que hace mucho nadie se pasea por aquí, y... se me ha ido la práctica, antes se llenaba este lugar ¿sabe?. Me la pasaba trabajando, aquellos tiempos... Bueno, ¿En qués estába? Ah! si, las opciones. Usted puede elegir entre: volar, leer los pensamientos y la invisibilidad.
- Mmm... realemente está dificil.
( unos segundos después )
- Ya está. Voy a elegir volar...
- Interesante... hace tiempo que nadie elige volar. La gran mayoría se vuelca a los otros dos. Bueno, ¡felicitaciones!, desde ahora usted puede volar.
- ¡GENIAL!

Cierta vez, un muchacho traficante de fantasías, muy inteligentemente me dijo: "los pájaros vuelan de una forma, los humanos aprendemos a volar de otra forma". La cuestión está en descubrir que podemos hacerlo...

lunes, 19 de enero de 2009

Oliverio Girondo - Llorar a lágrima viva


Llorar a lágrima viva.
Llorar a chorros.
Llorar la digestión.
Llorar el sueño.
Llorar ante las puertas y los puertos.
Llorar de amabilidad y de amarillo.
Abrir las canillas,
las compuertas del llanto.
Empaparnos el alma, la camiseta.
Inundar las veredas y los paseos,
y salvarnos, a nado, de nuestro llanto.
Asistir a los cursos de antropología, llorando.
Festejar los cumpleaños familiares, llorando.
Atravesar el África, llorando.
Llorar como un cacuy, como un cocodrilo...
si es verdad que los cacuíes y los cocodrilos
no dejan nunca de llorar.
Llorarlo todo, pero llorarlo bien.
Llorarlo con la nariz, con las rodillas.
Llorarlo por el ombligo, por la boca.
Llorar de amor, de hastío, de alegría.
Llorar de frac, de flato, de flacura.
Llorar improvisando, de memoria.
¡Llorar todo el insomnio y todo el día!
Oliverio Girondo

viernes, 16 de enero de 2009

Entre remeras, discos y elefantes efervescentes

Iba caminando por la una de las calles más transitadas del centro, junto a mi hermano. No era más que otra caminata común y corriente. Pero eso que era tan común se desplomó en un instante.

Justo en donde se juntaban dos negocios, que no tenían nada de interesante, comenzó a ocurrir algo sumamente extraño. Los dos edificios comenzaron a estirarse de manera que dejaron nacer uno nuevo entre medio de ellos.

Yo quedé bastante extrañada, pero como mi hermano no se había percatado, pensé que había sido producto de mi imaginación.

Lo más curioso fue que el negocio que creí ver nacer, era muy interesante. No alcanzaba a leer el cartel, porque estaba muy al lado de la vidriera, por lo que mis ojos llegaba a ver sólo un cartel negro con letras blancas.

Dicho negocio, no tenía una vidriera, sino que tenía un vidrio gigante en vez de pared, de manera que se podían ver todos los productos a la venta (distribuidos de manera muy prolija) y todo movimiento que había dentro del lugar. Era todo blanco, desde el piso, hasta las paredes.

Lo primero que alcancé a vislumbrar, fue una remera negra, con la cara de Syd Barrett en blanca en esténcil. Me alegró mucho, porque nunca había visto un lugar así. Golpeé a mi hermano con el codo, y el también lo vio.

Realmente estaba muy contenta. Entonces me decidí a entrar. Fue ahí cuando me di cuenta de que se trataba de un lugar en el que vendía todo lo que un pueda imaginar, de Syd Barrett. Desde sus discos, hasta zapatillas con pedazos de sus letras.

Recuerdo haber visto una remera de todos colores con un elefante efervescente.

Cuando voy a ver una de las remeras, escucho una voz que me dice: ¿Qué desea señorita?

Era nada más y nada menos el mismísimo Syd, el que me preguntaba eso. Estaba joven, como en la época en que era el líder de Floyd. Yo atontada mirándolo a la cara tomé una remera de colores, que tenía su cara y se la di. Por una razón extraña, no me pareció raro que él me atendiera, sólo me sorprendió un poco.

Fui a pagársela. Se colocó atrás del mostrador y...

Tardé unos cuantos minutos, yo diría que casi diez, en darme cuanta que estaba en mi cama, y tardé aún más en darme cuenta que nada había sucedido.

Por unos instantes sentí rabia. Pero después me puse muy contenta. De todas maneras, había conocido a Syd Barrett :)

domingo, 11 de enero de 2009

Pensamientos de colectivo...

El otro día mientras iba en el colectivo, ( uno suele pensar las cosas más descabelladas arriba de un colectivo, al menos yo... supongo que será porque me aburro mucho, igualmente eso no viene al caso ), pensaba qué cosas haría si alguien o algo me diera la posibilidad de meterme en un cuerpo pequeño por un día, un cuerpo de una niña de 5 o 6 años.
Entonces empecé a recordar qué cosas hacía a esa edad, que me resultarían imposibles hacerlas ahora, y el resultado fue extraño. Primero pensé que lo primero que haría sería subirme a una calesita. Pero, obviamente que también lo puedo hacer ahora...
Entonces la conclusión a la que llegué es que lo más lindo de ser niño es tener la mentalidad de un niño. Ver todo a la medida de un niño, ver las cosas que ahora parecen tan pequeñas, extremadamente gigantescas y magestuosas. Ver el mundo con la inocencia de un chico, y especialmente con una gran imaginación, en dónde todo es posible y en dónde nunca se vería la posibilidad, de alguna vez, convertirse en un adulto.
Y en ese momento, me dí cuenta que faltaba una cuadra para tener que tocar el timbre...

jueves, 8 de enero de 2009

Barriletes


Barriletes

Me quieren tanto tus ojos
que hasta parece mentira,
son como niños jugando
con barriletes de almíbar.
En que tus ojos encuentro
la razón de mi delirio,
y cuando vuelo en tus ojos
descubro que también son míos.
Cuando se ven alejados
distantes en el olvido
por momento siento que algo
quedó sangrando escondido.
Y luego siento que todo
es parte de un mismo camino,
si me sorprende el mal tiempo
serían tus ojos mi instinto.
Claro como el sol en la luna
claro como el tiempo se va,
y tu corazón de llanura
es claro como la oscuridad.
El sol no desaparece
aunque las nubes persistan,
sólo se toma un momento
para morir en la brisa,
atravesando los muros
de cartón y golosinas
persevantes colores
seducen toda mi alegría….
Yo me imagino que un dia
cuando me muera en la brisa
cuando atraviese los muros
de cartón y golosinas
descubriré si los frutos
de colores y alegría
no fueron más que tus ojos
no fueron más que mi vida.
Dame un poquito de vos, tu poción
tu silencio se vuelve emoción.
Alo de luz, tu reír, tu dolor
me ilumina un oscuro temor.
Me ilumina...


Hermosa canción de la Manzana Cromática Protoplasmática :)