jueves, 21 de octubre de 2010

Hoy iba en el colectivo y pensé: Seguramente Rafa estará de acuerdo con la siguiente frase "El mundo cabe en un colectivo (transporte público)".

El sábado en Santa fe (capital) encontré mi alma árbol y es un palo borracho que está enfrente a la laguna. Fui a abrazarlo -despacito porque estaba lleno de espinas- pero no pude por mucho tiempo porque había mucha energía. Fue emocionante. Además nos pasamos gran parte de a noche haciendo sonidos con la voz, el cuerpo, y cualquier objeto. Pablo dijo "no entiendo porque la gente no se junta a hacer estas cosas".

Empecé a trabajar. Voy a juntar plata para poder irme a Capilla del Monte en el verano, estoy contenta.

Hoy me subí a unos zancos, es algo muy lindo :) no parece que fueran tan altos, pero te subís y ves el mundo muy diferente.

Ah! Voy a ser censista.

En fin, esas fueron alguna de las cosas que me ocurrieron en los últimos días. Mañana es viernes, por suerte.

viernes, 8 de octubre de 2010

Me niego a escribir alguna entrada, no me andan los tildes y detesto escribir sin ellos.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Choose Life. Choose a job. Choose a career. Choose a family. Choose a fucking big television, choose washing machines, cars, compact disc players and electrical tin openers. Choose good health, low cholesterol, and dental insurance. Choose fixed interest mortage repayments. Choose a starter home. Choose your friends. Choose leisurewear and matching luggage. Choose a three-piece suite on hire purchase in a range of fucking fabrics. Choose DIY and wondering who the fuck you are on a Sunday morning. Choose sitting on that couch watching mind-numbing, spirit-crushing game shows, stuffing fucking junk food into your mouth. Choose rotting away at the end of it all, pishing your last in a miserable home, nothing more than an embarrassment to the selfish, fucked up brats you spawned to replace yourself.

Choose your future.

Choose life.

John Hodge

lunes, 28 de junio de 2010

No título.

Son las 2:44 de la madrugada y estoy estudiando (rindo mañana). Tengo exceso de café en mi cuerpo y todavía me falta un rato largo. Mi estómago dice a gritos: ¡Basta de ingerir cafeína! No le hago caso, eso me cuesta el arrpentimiento de mañana temprano cuando vengan mis ganas de vomitar, ya es costumbre; además del terrible resfrío que también es costumbre (somatizo en resfrío cuando tengo que rendir y no me alcanzan los pañuelos en el exámen).
Además de mi estado actual, estuve pensando que se gasta mucho plástico en estupideces, eso es triste, pobre planeta.

viernes, 16 de abril de 2010

Désirer

Desearía estar en este momento caminando por las calles de París, con la naríz y los cachetes colorados por el frío. Tener puesto un abrigo rojo y un bombín negro con un pequeño detalle violeta. Tener enredada en mi mano, la mano de mi señorito y darnos un beso con sabor a frutillas en almíbar, mientras a los lejos se escucha un acordeón sonando y sonando.

martes, 6 de abril de 2010

Paréntesis con tinta roja paréntesis

Desde el momento en el que el 110 pasó a su lado - como todas las mañanas, ruidoso y sucio, abarrotado de gente y aliento matutino... - como decía, desde el preciso instante en el que el 110 pasó a su lado y absolutamente ninguna mirada se paseó sobre ella, en ese mismo instante, Amelia se dió cuenta que ese no era un día como cualquier otro.
Precisamente, ese día, escribió todo con tinta roja, y se encontró tres botones de distintos tamaños y colores en la misma cuadra.

sábado, 20 de febrero de 2010

En los últimos días

Mi panza se está haciendo el hábito de hacerme renegar.
Ví tres películas tristísimas en menos de una semana.
Sentí ganas de pasar los videos en vhs de cuando era pequeñita a dvd así los puede ver.
Escuché una canción y me hizo llorar.
Comí muchísimo helado.
Estudié.
Aprendí a hacer pulseritas en macramé.
Me ajusté las zapatillas y bailé al ritmo de Kusturica & the no smoking orchesta.
Mis celos se dejaron ver más que nunca. (eso es mucho)
Hice jugar al tesoro escondido a mi señorito. (encontró el tesoro)

Fin.

sábado, 30 de enero de 2010

Gran secreto gran

Después de discutir un largo rato conmigo misma me decidí a contarles un gran secreto, que seguirá siendo un secreto, después de todo la posibilidad de que mucha gente lea esto es muy remota. Entonces les voy a contar a ustedes mi gran descubrimiento. Claro, ustedes verán después si le dejan el 'gran' o si se lo quitan.
Muchas cosas se dijeron sobre la luna, bueno ahora tengo otra para decir, para colocar en la gran lista de conjeturas sobre la luna, claro que, como yo y ustedes saben, esta es la real, pero a mi me gusta que esté en la lista pues no querría desanimar a los creadores de las demás historias que se encuentran en ella.
Cierto día me encontraba yo contándome los lunares de mi cuerpo, casualidad es que conté 4444 lunares -el cuatro es mi número favorito- dicha casualidad o bien el destino me llevó a conocer el secreto del que les estoy hablando desde hace, aproximadamente, treinta segundos de lectura velocidad media. Me llevaron a la luna, me mostraron su función principal, me invitaron a conocer su fábrica de lunares. Sí, en la luna hay una fábrica de lunares, así de sorprendente. Y si usted es un escéptico, deje de leer, no pierda su tiempo.
Les cuento que en cada cráter de la luna hay distintas máquinarias para fabricar diferentes tipos de lunares. A los que tenemos lunares nos llaman lunáticos, y los habitantes de tan interesante lugar se hacen llamar "lunatoides selenitas". La respuesta al por qué algunas personas tienen lunares y otras no es simple, no alcanzarían a hacer tantos, piense que la luna es pequeña después de todo, y no todos pueden ser afortunados de tener lunares.
Pero recuerde, no contarle esto a nadie, podría pasar que si todos los habitantes de la Tierra se enteran de tal descomunal descubrimiento, pues muchos de ellos querrían tener lunares y harían pedidos de lunares, las máquinas se sobrecargarían de trabajo, explotaría la luna, trillones de lunares hechos y a medio hacer saldrían disparados por los aires y todo se cubriría de ellos.
Nadie quiere que pase eso, guarde el secreto. Gracias por su lectura.

viernes, 22 de enero de 2010

Ay, verano verano!

Finalmente me digno a sentarme a escribir. El verano no me gusta, es así, me desgana completamente de todo.
Mi mente quiere hacer cosas, pero mi cuerpo no. Y me siento un ser inservible tirado abajo del ventilador.
Es por eso que me gusta mucho el otoño y el invierno, esos días de lluvia y frío en los que a la noche te ponés mil frazadas y te das el gusto de tomar una taza de café o chocolate caliente. En la que podés abrazar a tu enamorado sin traspirar ni una sola gota. En los que da gusto llegar a casa y tomarse una sopa instantánea calentita y con sabor a arvejas.