lunes, 20 de abril de 2009

Halo de luz


Al pasar una hoja de un libro, una delgada línea roja aparece en la yema de mi dedo,
al apoyar la cabeza en mi almohada, me hundo en sueños,
al escuchar esa canción, una lágrima de nostalgia cae por mi mejilla,
al mirarte a los ojos, vuelo muy alto,
al pensar en el futuro, me asusto,
al pisar la calle en otoño, cruje una hoja ( o quizás dos ).

2 comentarios:

Rafael N. R. dijo...

No tiene mucho que ver, pero cómo odio tajearme las yemas de los dedos. Siempre se abren y se vuelven a abrir, se abren tanto a veces que hasta dialogo con ellos.
jajaja suerte

rafa

Yeyuno Verde dijo...

no hay nada como caminar en un parque en otoño, el sonido de las ojas crujiendo es muy especial..

muy lindo ;)