Desde el momento en el que el 110 pasó a su lado - como todas las mañanas, ruidoso y sucio, abarrotado de gente y aliento matutino... - como decía, desde el preciso instante en el que el 110 pasó a su lado y absolutamente ninguna mirada se paseó sobre ella, en ese mismo instante, Amelia se dió cuenta que ese no era un día como cualquier otro.
Precisamente, ese día, escribió todo con tinta roja, y se encontró tres botones de distintos tamaños y colores en la misma cuadra.
3 comentarios:
Se te seco la cabeza... Andaba con ganas de encargarte una nube con forma de Africa... ¿Me la mandás?
Veo retazos de Realidad en una prenda de ficción. Me encantó
Se me vuela el sombrero!
Sentrañaban tucosas locadas ecritas concariñeto.... mihniña.
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