Durante mi infancia ideé una teoría. No recuerdo en qué época precisa fue, pero supongo que a los seis más o menos. Estaba completamente segura que cuando me iba a bañar, todas las personas de mi familia y del resto del mundo se convertían en monstruos verdes y gelatinosos que no tenían piernas y se arrastraban por el piso dejando un camino de baba.
Pensaba que yo era el único ser humano auténtico del planeta tierra, que todos los demás se disfrazaban durante todo el día, excepto cuando me iba a bañar (ahí tomaban su aspecto original de asquerosas bestias pegajosas).
A tal punto llegué a creer mi teoría, que ideaba planes para poder engañarlos y verlos en su forma original. Abría la puerta del baño de repente para que no tengan tiempo de tomar la falsa forma humana, espiaba por el agujerito, o llamaba a mi mamá a mitad del baño con alguna excusa.
Jamás pude comprobar mi teoría.
(sin embargo parte de mí todavía la cree)