sábado, 31 de enero de 2009

viernes, 23 de enero de 2009

¿Cuál elige?


- Buenos días
- Buenos días, ¡me alegra que al fin haya venido! Estaba esperando su llegada.
- Es que, descubrí un poco tarde que podía hacerlo, he perdido mucho tiempo...
- Bueno, no se haga problema, usted vino, hay personas que nunca lo descubren, y mueren sin saberlo
- ¿Si?
- Exacto, no todos son como usted. En fin, vamos a lo nuestro. ¿Cuál elige?
- ¿Qué opciones tengo?
- A ver, déjeme consultar, a veces suelo olvidar algunas, y se me quejan. Igualmente déjeme decirle, que hace mucho nadie se pasea por aquí, y... se me ha ido la práctica, antes se llenaba este lugar ¿sabe?. Me la pasaba trabajando, aquellos tiempos... Bueno, ¿En qués estába? Ah! si, las opciones. Usted puede elegir entre: volar, leer los pensamientos y la invisibilidad.
- Mmm... realemente está dificil.
( unos segundos después )
- Ya está. Voy a elegir volar...
- Interesante... hace tiempo que nadie elige volar. La gran mayoría se vuelca a los otros dos. Bueno, ¡felicitaciones!, desde ahora usted puede volar.
- ¡GENIAL!

Cierta vez, un muchacho traficante de fantasías, muy inteligentemente me dijo: "los pájaros vuelan de una forma, los humanos aprendemos a volar de otra forma". La cuestión está en descubrir que podemos hacerlo...

lunes, 19 de enero de 2009

Oliverio Girondo - Llorar a lágrima viva


Llorar a lágrima viva.
Llorar a chorros.
Llorar la digestión.
Llorar el sueño.
Llorar ante las puertas y los puertos.
Llorar de amabilidad y de amarillo.
Abrir las canillas,
las compuertas del llanto.
Empaparnos el alma, la camiseta.
Inundar las veredas y los paseos,
y salvarnos, a nado, de nuestro llanto.
Asistir a los cursos de antropología, llorando.
Festejar los cumpleaños familiares, llorando.
Atravesar el África, llorando.
Llorar como un cacuy, como un cocodrilo...
si es verdad que los cacuíes y los cocodrilos
no dejan nunca de llorar.
Llorarlo todo, pero llorarlo bien.
Llorarlo con la nariz, con las rodillas.
Llorarlo por el ombligo, por la boca.
Llorar de amor, de hastío, de alegría.
Llorar de frac, de flato, de flacura.
Llorar improvisando, de memoria.
¡Llorar todo el insomnio y todo el día!
Oliverio Girondo

viernes, 16 de enero de 2009

Entre remeras, discos y elefantes efervescentes

Iba caminando por la una de las calles más transitadas del centro, junto a mi hermano. No era más que otra caminata común y corriente. Pero eso que era tan común se desplomó en un instante.

Justo en donde se juntaban dos negocios, que no tenían nada de interesante, comenzó a ocurrir algo sumamente extraño. Los dos edificios comenzaron a estirarse de manera que dejaron nacer uno nuevo entre medio de ellos.

Yo quedé bastante extrañada, pero como mi hermano no se había percatado, pensé que había sido producto de mi imaginación.

Lo más curioso fue que el negocio que creí ver nacer, era muy interesante. No alcanzaba a leer el cartel, porque estaba muy al lado de la vidriera, por lo que mis ojos llegaba a ver sólo un cartel negro con letras blancas.

Dicho negocio, no tenía una vidriera, sino que tenía un vidrio gigante en vez de pared, de manera que se podían ver todos los productos a la venta (distribuidos de manera muy prolija) y todo movimiento que había dentro del lugar. Era todo blanco, desde el piso, hasta las paredes.

Lo primero que alcancé a vislumbrar, fue una remera negra, con la cara de Syd Barrett en blanca en esténcil. Me alegró mucho, porque nunca había visto un lugar así. Golpeé a mi hermano con el codo, y el también lo vio.

Realmente estaba muy contenta. Entonces me decidí a entrar. Fue ahí cuando me di cuenta de que se trataba de un lugar en el que vendía todo lo que un pueda imaginar, de Syd Barrett. Desde sus discos, hasta zapatillas con pedazos de sus letras.

Recuerdo haber visto una remera de todos colores con un elefante efervescente.

Cuando voy a ver una de las remeras, escucho una voz que me dice: ¿Qué desea señorita?

Era nada más y nada menos el mismísimo Syd, el que me preguntaba eso. Estaba joven, como en la época en que era el líder de Floyd. Yo atontada mirándolo a la cara tomé una remera de colores, que tenía su cara y se la di. Por una razón extraña, no me pareció raro que él me atendiera, sólo me sorprendió un poco.

Fui a pagársela. Se colocó atrás del mostrador y...

Tardé unos cuantos minutos, yo diría que casi diez, en darme cuanta que estaba en mi cama, y tardé aún más en darme cuenta que nada había sucedido.

Por unos instantes sentí rabia. Pero después me puse muy contenta. De todas maneras, había conocido a Syd Barrett :)

domingo, 11 de enero de 2009

Pensamientos de colectivo...

El otro día mientras iba en el colectivo, ( uno suele pensar las cosas más descabelladas arriba de un colectivo, al menos yo... supongo que será porque me aburro mucho, igualmente eso no viene al caso ), pensaba qué cosas haría si alguien o algo me diera la posibilidad de meterme en un cuerpo pequeño por un día, un cuerpo de una niña de 5 o 6 años.
Entonces empecé a recordar qué cosas hacía a esa edad, que me resultarían imposibles hacerlas ahora, y el resultado fue extraño. Primero pensé que lo primero que haría sería subirme a una calesita. Pero, obviamente que también lo puedo hacer ahora...
Entonces la conclusión a la que llegué es que lo más lindo de ser niño es tener la mentalidad de un niño. Ver todo a la medida de un niño, ver las cosas que ahora parecen tan pequeñas, extremadamente gigantescas y magestuosas. Ver el mundo con la inocencia de un chico, y especialmente con una gran imaginación, en dónde todo es posible y en dónde nunca se vería la posibilidad, de alguna vez, convertirse en un adulto.
Y en ese momento, me dí cuenta que faltaba una cuadra para tener que tocar el timbre...

jueves, 8 de enero de 2009

Barriletes


Barriletes

Me quieren tanto tus ojos
que hasta parece mentira,
son como niños jugando
con barriletes de almíbar.
En que tus ojos encuentro
la razón de mi delirio,
y cuando vuelo en tus ojos
descubro que también son míos.
Cuando se ven alejados
distantes en el olvido
por momento siento que algo
quedó sangrando escondido.
Y luego siento que todo
es parte de un mismo camino,
si me sorprende el mal tiempo
serían tus ojos mi instinto.
Claro como el sol en la luna
claro como el tiempo se va,
y tu corazón de llanura
es claro como la oscuridad.
El sol no desaparece
aunque las nubes persistan,
sólo se toma un momento
para morir en la brisa,
atravesando los muros
de cartón y golosinas
persevantes colores
seducen toda mi alegría….
Yo me imagino que un dia
cuando me muera en la brisa
cuando atraviese los muros
de cartón y golosinas
descubriré si los frutos
de colores y alegría
no fueron más que tus ojos
no fueron más que mi vida.
Dame un poquito de vos, tu poción
tu silencio se vuelve emoción.
Alo de luz, tu reír, tu dolor
me ilumina un oscuro temor.
Me ilumina...


Hermosa canción de la Manzana Cromática Protoplasmática :)