miércoles, 31 de diciembre de 2008

¡Plop! Un mundo de plastilinas

A veces me gustaría vivir en un mundo de plastilinas, en el que se podrían realizar acividades muy divertidas y un tanto estrambóticas, ( como me gusta esa palabra ).
Por ejemplo, algunas de las cosas que se podrían hacer en un fabulósico mundo de plastilinas, serían:
- Cambiarse el color del cabello o el color de la piel varias veces al día
- Darle forma a los pensamientos
- Moldear el cuerpo según el estado de ánimo
- Deshacerse por un rato cuando uno quiere desaparecer. Es decir, mezclarse y descansar un rato de la realidad
- Cambiar la forma de cualquier objeto, o simplemente desafiar a la física convirtiendo un cuadrado en un círculo, y el círculo en un caracol, etcéteras
- Y creería que muchísimas cosillas más...
Aparte, habría un delicioso aroma a plastilinas, que me encanta, y todo lo enunciado podría realizarse en forma libre y gratuita :)

Bueno, mis más sinceras disculpas por los dibujos, no sé dibujar :)
Felíz año 2009

Clarita

lunes, 22 de diciembre de 2008

Sesión de fotos de un domingo lluvioso por la tarde...

Sesión de fotos anfíbica en su máxima expresión

Sociedad estratificada anfibia
Medias anfíbicas de Paulette, las mejores que ví en mi vida, no pertenecen a la sesión de fotos, pero no podía dejar de ponerla

Cantando bajo la lluvia

Anfibio de la Aristocracia o que usa bastón como Vicentico

Paulette anfibia

Domesticando anfibios

Rana mendiga

Rana posando para la cámara

Los epígrafes de la mayoría de las fotos pertenecen a la imaginación de Paula Peña.
La sesión de fotos fue realizada el domingo 22 de diciembre. Domingo lluvioso, que había empezado aburrido, y que luego de realizar un cadáver exquisito, cantar algunas canciones de los Beatles, finalizó con una maravillosa y estúpida sesión de fotos.
Vestimenta: Traje de Rana de mi hermanita.
Nos insipiró: Nuestro querido Juan Son, con su magníficamente magnífica y fantabulosa canción "Nada".
No siempre los domingos son aburridos...
Aclaración: No nos fumamos nada, sólo hacemos pelotudeces.

martes, 9 de diciembre de 2008

Rutina

Todos los días, me levantaba 6.45, tomaba mi té, metía algunos libros en mi mochila y salía corriendo con la bocina que mi papá tocaba mientras me esperaba afuera. Ahí empezaban las discuciones, de que siempre tarde, de que uno quería una radio, otro música, y así, entre gritos pasábamos enfrente de la estatua del Ché, y unos metros más adelante, la estación de trenes ( véase la foto ). Después de 10 o 15 minutos de viaje en el que nadie hablaba y yo tenía puestos los auriculares, con mi malhumor de las mañanas me despedía de mi papá con un portazo. Bajaba en la esquina de tres de febrero y Balcarce y caminaba media cuadra para entrara mi adorado Superior, ( antes habiendo pasado por el quiosco para ver si había alguien comprando cuadernillos o para comprarme unos chicles de frutas verdes ). Y así comenzaba mi día, que la mayoría de las veces terminaba un tanto tarde. Llegaba de noche a casa, cenaba, me iba para el mundo de los sueños, me levantaba 6.45, tomaba mi té, preparaba mi mochila, pasaba enfrente de la estación de trenes, y así sucesivamente...
Esa era mi rutina. Esa fue mi rutina durante seis años.
¿Y ahora?